La Danza es disciplina, es trabajo, es
enseñanza, es comunicación. Con ella nos
ahorramos palabras que tal vez otras personas
no entenderían y, en cambio, establecemos un
idioma universal que nos es familiar a todos.
Nos da placer, nos hace libres y nos consuela
de la imposibilidad que tenemos los humanos de
volar como los pájaros, acercándonos un poco al
cielo, a lo sagrado, a lo infinito.
Es un arte sublime, diferente cada vez, que se
parece tanto a hacer el amor que al finalizar
cada representación nos deja el corazón
latiendo muy fuerte y esperando con ilusión la
próxima vez.