FLAMENCO TEATRINO

Crear un proyecto dancístico, debería ser un reto, una aventura a muerte, descubrirse uno mismo y a nuestro universo personal, no se diga del universo donde inocentemente vivimos… Desaburrirse, romper el miedo, reinventarse, romperse treinta veces o tal vez más, ¡que importa!, volver a romperse y reintentar... Somos Dioses al amanecer, después del café y 2 cuartillas heroicamente escritas, llenas de tos y chinguiñas… te sientes una mierda, quebrarse y dormir, caerse y vomitar sobre el papel en medio de la tabla… y al fin animarse un poco por la tarde o nada… y volver a empezar… empezar a soñar. Quizá lo más difícil es volverse a levantar, quizá cagarme de la risa y no dejar de jugar no será sencillo, quizá… divertido o no, es necesario Se trata de reir y llorar, revolcar y caer… y seguramente la alegría de haber sobrevivido al dolor (aprender) y finalmente disfrutar… Tabula Rasa ha sido para nosotros una puerta mágica, como cualquier otra dentro del arte, un redescubrimiento de quienes somos y donde estamos, soñar dentro de nuestros propios sueños, borrar la huella del camino… perderse y renacer en cada proyecto, volvernos infinitos, volar, desaparecer y regresar… Hemos aprendido a disfrutar del flamenco desde una visión distinta, a partir de hilos, esponja, tela y una propuesta. Creemos fielmente en lo que nos mueve y conmueve… en proyectos vivos que nos dejan temblando y sin aliento, divertidos, semejantes a nuestro entorno, a mis y tus historias. El nacimiento de un nuevo proyecto nos enjuaga, por eso, cuando un nuevo ser llega a este planeta nos emocionamos, porque es totalmente distinto a todo y a nada. Así, nosotros intentamos dar nuestra maternidad por el arte. Lorena Allende (Becaria de CONACULTA) con su compañía Zardioquí: Sandra González y Mirielle Anaya y dirigidos por Daniel Gallo (Becario de CONACULTA) buscan siempre como artístas e investigadores, crear público y espacios alternativos en Cancún, para teatro y danza, que gusten y disfruten del arte. Somos Dioses chiquitos, porque no jugamos y ya…
Adrián Sánchez